jueves, febrero 9

TAROT DE LA METAMORFOSIS

HISTORIA

La metamorfosis es un proceso de la naturaleza por el que cierto insectos, después de encerrarse en una crisálida, se transforman en un ser totalmente distinto. En cuanto a la humanidad, las infinitas potencialidades de la mente y la conciencia podrían considerarse crisálidas que duermen en el interior de su alma esperando ser
despertadas. Así, desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha utilizado distintos sistemas para provocar la eclosión de dichas crisálidas y estimular en sí mismo una metamorfosis que le concediera mayores dones.
Sin duda, el tarot ha sido de esos instrumentos, y su voluntad transformadora ha culminado con el diseño de este extraordinario tarot de la metamorfosis.
Tanto en la estructura como en el orden numérico, estas cartas siguen los cánones del Nuevo tarot de Marsella. Para reforzar el aspecto transformador de cada arcano, se ha añadido a cada uno un lema o sentencia que define el tipo de metamorfosis que dicho arcano puede producir en nuestra conciencia.

 

SIMBOLOGIA DE LOS ARCANOS MAYORES




EL LOCO (0): La imagen que nos muestra es de una marioneta articulada con un corazón pintado en el pecho del que surge una silueta de rasgos femeninos (el alma) y color verde (regeneración e inmortalidad), lo que indica que el corazón es la sede del alma. De su frente surge una luz (símbolo de iluminación) y, aunque las cuerdas que deberían dirigir sus movimientos permanecen flojas, se mantiene en equilibrio sobre el hocico de un lobo (guardián y guía). A sus pies, se vislumbra el horizonte del mundo con sus pueblos, árboles, montañas y ríos. En el fondo se muestra la silueta de un mandala (simboliza la flor de la vida). El loco proporciona la metamorfosis de la visión.






EL MAGO I: Es la de un personaje de mirada penetrante y largos cabellos que se cubre con una capa de la que surgen multitud de elementos: un árbol (simboliza el árbol de la vida), una ciudad amurallada (las creaciones humanas), mares, ríos, flores, pájaros, un bosque... (la naturaleza), un delfín (símbolo de regeneración e inteligencia), piezas de algún tipo de aparato tecnológico (la ciencia), etc. Entre sus manos, y al conjuro de su voz, aparece un orbe de luz (el espíritu) que refleja su rostro, mientras otros orbes luminosos flotan a su alrededor (simbolizan energías espirituales). El mago la primera metamorfosis.






LA SACERDOTISA II: La imagen es de una joven mujer de rostro sereno que ostenta una corona con antifaz incorporado en forma de cúpula apuntada. La corona está profusamente adornada con todo tipo de animales (símbolo del conocimiento de la naturaleza y sus seres). La mujer se viste con un corpiño bajo que deja al descubierto sus senos (emblema de creación y alimento). La sacerdotisa proporciona la metamorfosis de la imaginación.






LA EMPERATRIZ III: Muestra un paisaje montañoso del que fluyen pequeñas cascadas que desembocan en un gran río (fertilidad y vida). No obstante, si se observa más detenidamente, descubrimos que la floresta del paisaje perfila la figura de una mujer recostada sobre las montañas (la madre naturaleza). En primer término, un hombre y una mujer (el yin y el yang) representan la materialización de los hijos de la gran madre. La emperatriz proporciona la metamorfosis creativa de la Madre Tierra.






EL EMPERADOR IV: Aparece sentado sobre un trono que reproduce la imagen idealizada de sí mismo, que representa al gran arquitecto de la materia. La figura aparece sentado sobre el gran arquitecto como un niño en el regazo de su madre, y sujeta un cetro en forma de cruz ansada y un orbe, réplicas en miniatura de las que posee el gran arquitecto, y que simbolizan su poder terrenal. El personaje parece observar cómo la base del trono se transforma en raíces que se hunden en la tierra, la misma de la que surge un haz de cristales luminosos. El emperador proporciona la metamorfosis de la materia.




EL PAPA V: Se funde con las rocas (símbolo de inmutabilidad) y el agua. El lago que se forma sobre su cabeza simboliza que su mente contiene el poder de la vida y la regeneración. El hecho de que en todo el paisaje abunde el elemento agua simboliza el poder femenino de este arcano. Ante el rostro del anciano, y de pie en las aguas del lago inferior (la vida material), aparece una mujer desnuda, símbolo del alma que recibe el conocimiento del Papa. El papa proporciona la metamorfosis que producen los secretos.




LOS ENAMORADOS VI: Nos transportan a un hermoso vergel en el que una arboleda de pinos (símbolo de inmortalidad) sirve de telón de fondo a la figura de una mujer hecha de agua y flores ( la vida, lo femenino y lo oculto) que surge de un plácido lago lleno de nenúfares (emblema de abundancia y fecundidad). En primer término, y mirándola sorprendido, aparece la silueta de un hombre vegetal (encarnación de lo masculino y la vida en evolución). Varias ranas con alas de mariposa (símbolo de los deseos sublimados) sobrevuelan el escenario. Los enamorados proporcionan la metamorfosis de los deseos.




EL CARRO VII: Nos muestra a una especie de personaje de cómic semidesnudo que lanza rayos por su cabeza (simboliza energía mental). El extraño jinete cabalga sobre una especie de centauro cuyo cuerpo aparece cubierto de hojas (símbolo de la naturaleza salvaje) y que de cintura para arriba se transforma en dos jóvenes muchachas, una rubia y otra morena, la joven muchacha de pelo moreno refleja la tristeza y en cambio la chica rubia refleja odio (el yin y el yang). El carro proporciona la metamorfosis de la voluntad.




LA JUSTICIA VIII: Parece desarrollarse en el interior de una especie de panal (emblema de la vida ejemplar en comunidad). En el interior de cada celdilla aparece un ser distinto (diferentes almas) que espera para ser pesado por la joven doncella del primer plano, que se encuentra de pie pesando el alma, en forma de diminuto personaje, que vemos sobre uno de sus platillos. Junto a ella y apoyada en la mesa hay una gran espada en cuya empuñadura florece una rosa roja (símbolo de perfección). La justicia proporciona la metamorfosis de la ley y el orden.




EL ERMITAÑO IX: Muestra a un anciano anacoreta de larga barba cuyo rostro está iluminado por la luz que irradia la lámpara (símbolo de la inteligencia y el espíritu) que sujeta con la mano derecha, mientras la mano izquierda empuña con fuerza un bastón (su báculo de poder). Su cuerpo está compuesto por bloques que transportan y colocan diligentemente mariposas (encarnación de la metamorfosis), y que de esta manera construyen el templo que contendrá al espíritu. El ermitaño proporciona la metamorfosis que se produce en el silencio.




LA RUEDA X: Nos muestra a una mujer caracol (animal lunar ligado a los ciclos de la vida) en la orilla de una playa. En su concha espiral, aparecen intercaladas las letras de la palabra Tarot con las del nombre YAVHE (Dios en hebreo). Detrás de la mujer surge un antromorfo de torso masculino y cabeza de cabra (símbolo lunar y cíclico), mientras que de sus hombros brotan árboles (representación de la inmortalidad). La mujer sostiene una flor en la mano y junto a ella, en la arena, aparecen una manzana (símbolo de sabiduría) y una calavera (semilla de vida). La Rueda proporciona la metamorfosis que provoca el destino.




LA FUERZA XI: Nos muestra una cueva llena de estalactitas y estalagmitas (las entrañas de la madre Tierra) que recuerda las fauces de un animal. En su interior, un hombre sentado frente a un caballete pinta tranquilamente (símbolo del poder de la creación humana). A su espalda, una paloma blanca (simboliza la pureza) vuela apaciblemente y, a su alrededor, el paisaje aparece sembrado de flores (símbolo de crecimiento). La Fuerza proporciona la metamorfosis de la energía).





EL COLGADO XII: Es la de un joven atado cabeza abajo a un gran tronco (el eje del mundo). Su sereno rostro mantiene una expresión de éxtasis y de su carne surgen ramas vivas, con flores y frutos, lo que convierte al personaje en parte del árbol. A su alrededor anochece, y el paisaje transmite serenidad. El Colgado proporciona la metamorfosis de la entrega o el abandono.





LA MUERTE XIII: Es una especie de enorme reloj de arena (el tiempo) ocupa casi por completo la imagen. En la parte superior, aparece un esqueleto con pulseras y un collar de oro (símbolo de la riqueza es efímera), mientras que en la parte inferior vemos un joven cabeza abajo cuya piel irradia luz. El conjunto sugiere que el esqueleto superior se convierte en arena que al pasar a la parte inferior se transforma en carne y sangre, en un nuevo ser. Junto al aparato aparece un obispo (puente espiritual) y un árbol, y al otro lado un grupo de personas. La Muerte proporciona la gran metamorfosis.





LA TEMPLANZA XIV: Nos muestra la efigie de una joven mujer desnuda, cuyos negros cabellos se transforman en cuervos (animal solar y tenebroso que posee un fuerte componente profético). De los omóplatos de la mujer surgen dos alas, una de ellas de ángel o paloma, la otra de muerciélago o diablo. Bajo la mujer se extiende un paisaje onírico con un caminante (el héroe espiritual). La Templanza proporciona la metamorfosis de la psique.




EL DIABLO XV: Se ha transformado aquí en una joven mujer de largos cabellos dorados (inteligencia) y cubierta con un vestido estampado con formas vegetales y ojos (símbolo de percepción espiritual). Los dedos de sus huesudas manos presentan extensiones que envuelven la figura de un pequeño hombre desnudo que deja caer una capa negra (símbolo de su sombra) y que parece fascinado ante la mujer. El diablo proporciona la metamorfosis del líbido.




LA TORRE XVI: Nos lleva al extremo de la asociación torre = hombre, transformando la primera en el segundo. Por ello podemos ver a un hombre gigantesco y oscuro que se eleva hacia al cielo. El gigante es atravesado por un rayo con forma de joven que empuña una espada. Como consecuencia, el hombre-torre parece desmoronarse. La torre proporciona la metamorfosis de la renovación.





LA ESTRELLA XVII: Está protagonizada por un conjunto escultórico femenino que surge del mar (el inconsciente) y a la luz de las estrellas (ejército celestial). Sobre una base de rocas, aparece una mujer recostada (símbolo de la materia), una segunda figura con cuerpo de ave y senos y cabeza de mujer (representación del alma humana) y una figura de mujer con la cabeza de un halcón, alegoría del espíritu superior. Frente a la isla navega una barca en la que se divisa una figura humana (representación del hombre frente a los arquetipos). La Estrella proporciona la metamorfosis del sueño.





LA LUNA XVIII: Se divide en dos partes. En la parte superior aparece una ciudad en ruinas, como si hubiera sido devastada por una guerra, sobre una montaña rocosa e iluminada por la gran luna llena que domina el cielo. En la parte inferior, como falso reflejo en el agua (símbolo del inconsciente), aparece la ciudad en perfecto estado y el reflejo de la luna. La luna proporciona la metamorfosis de la ilusión.




EL SOL XIX: Está totalmente dominada por el rostro de un hombre hecho de luz, cuyos cabellos, cejas, barba y bigote irradian en todas direcciones: el abuelo Sol. Bajo el calor de su barba, aparece un paisaje con dos riachuelos y una cierva (feminidad), un ibis (sabiduría) y un castor (laboriosidad). Se ve también a dos mujeres jóvenes, una sobre la tierra (conciencia) y la otra dentro de un río (inconciencia). También aparecen fósiles de caracol (la detención del ciclo de la vida y lo perenne). El Sol proporciona la metamorfosis de la vida.




EL JUICIO XX: Nos muestra la fachada de un castillo en ruinas que se asemeja a un rostro humano. En la parte superior, un angelote (mensajero de Dios) toca una trompeta, mientras que unos seres elementales (las fuerzas vitales) salen por el portón hacia un jardín en estado salvaje, regresando a la vida. El juicio nos proporciona la metamorfosis del espíritu.




EL MUNDO XXI: Muestra una pequeña figura femenina y luminosa (el Anima Mundi) en el centro de la carta. Al parecer, el mundo surge al conjuro de su danza: naturaleza (bosques, islas), materia (agua, vida), emociones e incluso las ciudades, creaciones humanas. El Mundo proporciona la metamorfosis de lo real.